El entrenamiento vocal de profesionales de la voz resulta ser un gran desafío para un terapeuta. Uno de los aspectos que mayor complejidad agrega a esta tarea es la necesidad que estos hablantes tienen de expresar las más diversas emociones a través de las herramientas comunicativas que la voz y el habla les proponen. Para ello muchas veces se trabaja en base a la intuición o la experiencia del propio terapeuta, sin embargo, hoy existen herramientas que permiten establecer parámetros a través de los cuales el oyente juzgará las emociones implicadas en cada expresión.
Investigadores de la Universidad de Geneva en Suiza, han elaborado un interesante resumen en el que se muestra las características acústicas más asociadas con cada tipo de emoción. Esta información resulta muy interesante ya que a partir de ella podemos evaluar si los profesionales de la voz son capaces de expresar lo que desean con su voz y a la vez entrenarlos para que sus expresiones sean más efectivas a la hora de transmitir sentimientos a sus oyentes.
http://www.jvoice.org/article/S0892-1997(05)80231-0/abstract
Fonoaudiología en palabras simples.
sábado, 11 de febrero de 2017
jueves, 16 de abril de 2015
Día Mundial de la Voz
Desde el año 2003 gracias a un esfuerzo conjunto de
otorrinolaringólogos y fonoaudiólogos norteamericanos y europeos se instaura el
16 de Abril como el Día Mundial de la Voz con el objetivo de favorecer la
realización de eventos que generen conciencia en las personas sobre la
importancia de la voz como herramienta de comunicación y del cuidado constante
del aparato fonatorio.
El lema para este 2015 es “VOICE, The Original Social Media”,
en español “LA VOZ, la verdadera forma de comunicación social”.
La voz, es el producto sonoro de la vibración de las cuerdas
vocales modificada en su paso por las cavidades de resonancia que el cuerpo
humano posee, de esta manera, la voz de cada ser humano es única y depende de
la configuración de la laringe y los resonadores. Las diferencias entre las voces pueden llegar
incluso a constituir un elemento identificador, factor ampliamente estudiado y
utilizado en herramientas de seguridad biométrica o incluso en dispositivos de
uso diario como teléfonos inteligentes.
Son esas diferencias individuales las que hacen de la voz
humana un elemento tan especial en la música, ninguna voz suena exactamente
igual a la otra. La experiencia es extremadamente distinta al oir un aria de
Mozart cantada por Pavarotti o por Domingo, siendo ambos tenores. Hablamos de
color de la voz, textura de la voz, mordiente de la voz y un largo etcétera
para definir las características individuales que hacen que nuestros sentidos
reaccionen de distinta manera al escuchar a cada cantante, lo cierto es que
todos esos elementos tienen una realidad acústica, que puede ser medible y
cuantificable, pero que representa una enorme complejidad desde el punto de
vista físico, matemático y neuropsicológico.
El 16 de Abril celebramos una maravilla de la naturaleza, de
la creación. Celebramos la posibilidad de emitir un sonido con un órgano
específico de nuestro cuerpo y de controlar ese sonido modificando sus
características sin la necesidad de utilizar aparatos externos. Celebramos la
existencia de voces maravillosas, algunas de ellas nacionales como Verónica
Villaroel, Rodrigo Navarrete o Cristina Gallardo-Domas.
No debemos olvidar que los órganos implicados en la voz son
frágiles y por lo tanto no hay que abusar de ellos. La constante evaluación de
la función fonatoria y el seguimiento de las indicaciones de fonoaudiólogos y
otorrinolaringólos cobran especial importancia en profesionales que utilizan su
voz de manera constante y/o en situaciones adversas. Aun así existen hábitos
que pueden favorecer la indemnidad del aparato vocal para todas las personas
como por ejemplo el no fumar, una correcta hidratación, correctos hábitos de
sueño y alimentación saludable; hábitos que nunca está de más mencionar en una
sociedad acelerada como la nuestra.
Victor Ruiz
Villegas
Fonoaudiólogo,
Músico y Cantante.
Instituto de
la Voz
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voz profesional
miércoles, 22 de agosto de 2012
¡Por fin aprendí a relajarme!
¡Por fin aprendí a relajarme! Es la frase con la que una paciente, con una sonrisa en los labios, define el estado de su recuperación de unos tormentosos nódulos laríngeos.
Y es que a pesar de los avances en terapéutica de la voz, que nos llevan a técnicas tan exóticas y a la vez cautivantes como la terapia con tracto vocal semiocluido o el biofeedback computacional, las terapias simples y convencionales no dejan de ser efectivas, sobre todo en pacientes que usan la voz como instrumento de trabajo.
Cuando la paciente aludida llegó a mi box, uno de los elementos que me llamó la atención era lo "acelerada" que se veía. La sesión de evaluación fue un desastre, mientras yo trataba de manejar la situación la paciente se comportaba como si se estuviera preparando para escapar de un incendio o un terremoto, nada fácil realizar una evaluación funcional de la voz en esas condiciones. Las conclusiones en mi cabeza y en el registro eran claras, primer paso, disminuir la ansiedad de la paciente. Además, obviamente de mis caballitos de batalla, indicación de hidratación, calentamiento vocal por las mañanas y ejercicios de estiramiento.
Iniciamos la terapia con un trabajo que más parecía sesión de yoga que terapia de voz, pero era necesario, aunque en algunos momentos un poco....... extraño. Los efectos comenzaron a hacerse visibles, la paciente empezó a respirar mejor y a disminuir los golpes glóticos tanto en situaciones controladas como en habla espontánea. Luego de tres sesiones se le realizó una nasofibroscopía de control, ante el asombro del laringólogo que la realizaba (y debo reconocer que también mío) los nódulos ya no estaban. Aun sin saber a ciencia cierta lo que estaba sucediendo recibí felicitaciones varias y una especie de letrero virtual en mi frente de "caperuzo" (aunque mientras me comportaba como una eminencia científica dando respuestas técnicas a las preguntas de los asombrados profesionales e internos que analizaban el caso, por dentro me preguntaba, ¡¡¡¡qué rayos hice que resultó tan bueno!!!!).
Revisando el caso y buscando una plantilla para aplicar en futuros casos similares me tomo de las palabras del Manual de Terapéutica de la voz de Prater y Swift "El aparato vocal es extremadamente sensible a los estados psicológicos de una persona" y extraigo una importante lección. Por muchos avances científicos y en especial terapéuticos de los que dispongamos en un momento dado de nuestra vida profesional, siempre es importante considerar las técnicas tradicionales. No debemos olvidar que es a partir de ellas que las disciplinas se desarrollan y llegan a las técnicas más avanzadas.
Y es que a pesar de los avances en terapéutica de la voz, que nos llevan a técnicas tan exóticas y a la vez cautivantes como la terapia con tracto vocal semiocluido o el biofeedback computacional, las terapias simples y convencionales no dejan de ser efectivas, sobre todo en pacientes que usan la voz como instrumento de trabajo.
Cuando la paciente aludida llegó a mi box, uno de los elementos que me llamó la atención era lo "acelerada" que se veía. La sesión de evaluación fue un desastre, mientras yo trataba de manejar la situación la paciente se comportaba como si se estuviera preparando para escapar de un incendio o un terremoto, nada fácil realizar una evaluación funcional de la voz en esas condiciones. Las conclusiones en mi cabeza y en el registro eran claras, primer paso, disminuir la ansiedad de la paciente. Además, obviamente de mis caballitos de batalla, indicación de hidratación, calentamiento vocal por las mañanas y ejercicios de estiramiento.
Iniciamos la terapia con un trabajo que más parecía sesión de yoga que terapia de voz, pero era necesario, aunque en algunos momentos un poco....... extraño. Los efectos comenzaron a hacerse visibles, la paciente empezó a respirar mejor y a disminuir los golpes glóticos tanto en situaciones controladas como en habla espontánea. Luego de tres sesiones se le realizó una nasofibroscopía de control, ante el asombro del laringólogo que la realizaba (y debo reconocer que también mío) los nódulos ya no estaban. Aun sin saber a ciencia cierta lo que estaba sucediendo recibí felicitaciones varias y una especie de letrero virtual en mi frente de "caperuzo" (aunque mientras me comportaba como una eminencia científica dando respuestas técnicas a las preguntas de los asombrados profesionales e internos que analizaban el caso, por dentro me preguntaba, ¡¡¡¡qué rayos hice que resultó tan bueno!!!!).
Revisando el caso y buscando una plantilla para aplicar en futuros casos similares me tomo de las palabras del Manual de Terapéutica de la voz de Prater y Swift "El aparato vocal es extremadamente sensible a los estados psicológicos de una persona" y extraigo una importante lección. Por muchos avances científicos y en especial terapéuticos de los que dispongamos en un momento dado de nuestra vida profesional, siempre es importante considerar las técnicas tradicionales. No debemos olvidar que es a partir de ellas que las disciplinas se desarrollan y llegan a las técnicas más avanzadas.
viernes, 4 de mayo de 2012
La hidratación y la voz.
El agua es el componente principal del cuerpo
humano: normalmente representa el 60% del peso corporal en hombres adultos, y
es ligeramente inferior, un 50-55%, en mujeres debido a su proporción más alta
de grasa corporal. El cerebro y los músculos son aproximadamente un 75% agua,
la sangre y los riñones un 81%, el hígado un 71%, los huesos un 22% y el tejido
adiposo un 20%. Ingerir la cantidad adecuada de líquido diario, además de
saciar la sed, mejora los niveles de hidratación, regula el buen funcionamiento
de las células, favorece el transporte de nutrientes, mejora la lubricación de
las articulaciones y ayuda a mantener la temperatura corporal.
Las cuerdas vocales se encuentran
recubiertas por una delgada capa de mucus, el que además de servir como barrera
contra el ingreso de partículas y agentes patógenos contribuye a mantener las
características biomecánicas de la mucosa de las cuerdas vocales, facilitando
la vibración, evitando molestias y promoviendo una buena calidad de voz.
Estudios científicos han demostrado
que cuando una persona presenta una hidratación laríngea insuficiente, aumenta
la viscosidad del mucus que protege y lubrica las cuerdas vocales, volviéndose
este más espeso y perdiendo algunas de sus propiedades facilitadoras de la vibración.
Con esto, el umbral de presión de aire necesario para el inicio de la fonación
se hace más alto, aumentando significativamente el esfuerzo necesario para
producir la voz y facilitando por consiguiente, la aparición de fatiga vocal.
Como regla general, una persona de
estatura y peso promedio debería ingerir aproximadamente 2,5 Litros de agua al
día. Lo ideal es que la ingesta de líquido se realice en pequeñas cantidades,
en otras palabras, no es recomendable beber un litro de agua de una vez sino
que será mejor aprovechada si ese mismo litro de agua se bebe en 5 vasos de 200
ml, uno cada 15 minutos. Se estima que
la capacidad de absorción de agua por parte del estómago es de aproximadamente
un litro por hora, además, si el sistema digestivo reconoce la existencia de
una gran cantidad de agua, la eliminará a través de la orina.
Por otro lado es importante evitar el
agua demasiado fría ya que puede producir efectos no deseados.
En algunos manuales se recomienda a
los profesionales de la voz la realización de vaporizaciones con la finalidad
de hidratar directamente las cuerdas vocales, personalmente no recomiendo este
procedimiento y lo considero más bien una herramienta para el tratamiento fonoaudiológico
en pacientes con patologías de voz o que ya presentan algún grado de
deshidratación laríngea.
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